Andalucía no solo es capaz de rezumar arte durante el festejo de sus tradiciones autóctonas. Muchos andaluces y andaluzas también son capaces de extrapolar esa particular vena para expresar y manifestar artísticamente otras muchas cuestiones, especialmente, en lo relativo a la denuncia social, a la condena de sus males. No es algo nuevo, sino que históricamente ha sucedido así.
La última prueba de ello tuvo lugar ayer sábado en Sevilla, durante la celebración de la manifestación del 1 de junio en defensa de los servicios públicos andaluces, que, si bien fue convocada en otras cinco capitales andaluzas, en Sevilla tuvo lugar la más multitudinaria, concentrando a un total de 1.500 sevillanos y sevillanas para denunciar el «grave deterioro» y la «privatización» que andan sufriendo estos servicios «esenciales» en la comunidad.
Justo en el tramo final de la movilización, previsto en las Setas de la Encarnación, y un par de minutos antes de que se leyera el manifiesto de la convocatoria, una persona tomó el micro y comenzó a entonar una saeta en homenaje a la sanidad andaluza y para reivindicar «una pública y de calidad» frente a la deriva externalizadora que sigue tomando a manos del Partido Popular desde la Junta de Andalucía. Una privatización que tuvo, además., el último de los episodios este pasado jueves 30 de mayo, día en el que el Ejecutivo de Moreno anunció que agilizará y simplificará los procesos de autorización para la apertura de clínicas privadas en la comunidad.
La composición cantada por este saetero andaluz improvisado en homenaje a la sanidad pública andaluza encogió durante unos instantes el corazón de los sevillanos y sevillanas que se manifestaban, que no tardaron en emocionarse y en aplaudir masivamente en cuanto este terminó de recitarla.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
