Está claro que si le preguntaran, el presidente de la Junta preferiría seguir de vacaciones en Marbella. El inicio de curso se le está haciendo cuesta arriba porque la alfombra de San Telmo se le está quedando pequeña para tapar todas las grietas que siguen brotando en el Gobierno Andaluz.
La calle está empezando a responder férreamente a la mala gestión o, directamente, a la ausencia de ella: las mareas sanitarias por las listas de espera opacas, por la privatización encubierta del SAS y por la nefasta política de contratación; las asociaciones de madres y padres por el peor inicio de curso que se recuerda: sin extraescolares, sin transporte escolar y sin PTIS, es decir, sin planificación alguna; los jóvenes afectados por el impago del bono de alquiler reclamando un derecho que lleva más de un año secuestrado por el ejecutivo andaluz; y un largo etcétera de colectivos que se van sumando a las quejas por una Administración ‘todopoderosa’ que no funciona.
La movilización en la calle es síntoma inequívoco de que la gente no aguanta una excusa mas después de un quinquenio de gobierno, puesto que la culpa no puede ser siempre de otro. El presidente no puede seguir escondiéndose en el debate nacional entre Madrid y Barcelona mientras Andalucía está hecha unos zorros. Las andaluzas y andaluces reclaman mas acción y menos fuegos de artificio.
Tan llamativo es el caos dentro de la Administración andaluza, que se están produciendo dimisiones y ceses en cascada en distintas áreas. Ni siquiera la grasa de la mayoría absoluta sirve para un motor que se está descubriendo a sí mismo gripado.
A esto debemos sumarle el sonado fracaso de la ley de regadíos de Doñana. Vivimos en una sociedad concienciada que avanza decididamente hacia la sostenibilidad y que no tolera que un gobierno miope comprometa el futuro de la mayor reserva natural del continente por el interés de unos pocos. La presión en tromba de la ciudadanía, del Ministerio y de la propia Unión Europea han dado al traste con los planes de la ultraderecha negacionista que Juanma había hecho suyos
Para colmo, esta semana 40Db publicaba un barómetro que situaba al presidente andaluz entre los peores valorados de su partido, por detrás del derrotado Feijóo y de la aviesa Ayuso. Suspende prácticamente en todo entre la ciudadanía en general y también entre sus propios votantes: El menos capaz, el liderazgo mas débil y el mas inexperto de los tres. Un pírrico 4,1 de media para un presidente que ha echado los restos en campañas de publicidad con la esperanza velada de pegar el salto a Madrid mas pronto que tarde.
Mal comienzo del otoño para Juanma Moreno y para un PP andaluz que se creía infalible, pero cuyos pies de barro han empezado a resquebrajarse.
Juventudes Socialistas de la provincia de Sevilla.