El Gobierno andaluz continúa mostrando abiertamente sus cartas sobre la mesa de la dirigencia autonómica. El Ejecutivo de Moreno no tiene reparos a la hora de exhibir el modelo de comunidad que plantea para Andalucía. Mientras se opone férreamente a la aprobación de la tasa turística, que supondría un gravamen de entre uno y cinco euros por pernoctación para visitantes que lleguen a Andalucía, y solo da pasos, en este sentido, de la mano de la patronal hostelera y hotelera, no tiene semejante miramiento para el bolsillo de los andaluces y andaluzas, a quienes sigue privatizando sus bienes más elementales. El último, el acceso libre y gratuito al arte y al patrimonio cultural y artístico que posee la comunidad.
La Consejería de Cultura presume estos días, tras ir tramitando ya la nueva norma con la que pretende poner fin, 23 años después, a la gratuidad de los museos andaluces, lo que llevaría también a la población andaluza a abonar un coste de entre 3 y 8 euros por la visita de alguno de los 34 museos y enclaves arqueológicos de gestión autonómica, de que recaudará anualmente 7,8 millones de euros y de que estos se utilizarían para «incrementar la inversión destinada a las instituciones culturales».
Esta cantidad, que si bien siempre suma para actividades como la restauración de colecciones artísticas, la mejora de las infraestructuras o la adquisición de nuevos fondos, es muy deficiente a tenor de que la tasa turística, todo un clamor popular ya entre andaluces y andaluzas, podría generar, al menos, 170 millones de euros al año para las arcas públicas andaluzas -y que podrían llegar a ser 200-. Solo cabe atender al número de pernoctaciones que se produjeron en la comunidad en 2023. Durante todo el pasado curso, esta cifra fue superior a los 54 millones (54.254.533), lo que entrañó un aumento del 2,7 % respecto de 2022 y que casi se rozase el máximo histórico previo a la prepandemia.
Precisamente, este dato estimatorio fue uno de los tantos que presentó Adelante Andalucía, la primera formación andaluza en proponer una posible ley parra implantar la tasa turística en territorio andaluz, en diciembre de 2023, para justificar la idoneidad de dicho tributo, que ya se cobra en comunidades españolas como Cataluña y Baleares y en numerosas ciudades de países como Italia, Alemania o Portugal.
Esta valiosísima cuantía, de destinarse parcialmente a actividades, instituciones, entidades y labores artísticas y culturales, ya superaría con amplitud lo retribuido por la nueva norma que pretende aplicar la Junta para la supresión de la gratuidad de los museos andaluces, sin forzar, con ello, a que los andaluces y andaluzas paguen por su afán por conocer el patrimonio público que consigna Andalucía. Además, el copioso montante restante podría ir en aras de la conservación de este mismo patrimonio, la inversión para los barrios de las ciudades y municipios andaluces, el acceso a la vivienda o para los servicios públicos locales, provinciales y autonómicos.
Periodista. Magíster en Comunicación Institucional y Política. Pasé por EL PAÍS y Agencia EFE. Codirector de Espacio Andaluz (EA).
