Esta sobreexplotación de la tierra provoca que las masas de agua subterránea en el Campo de Níjar y Campo de Dalías hayan perdido millones de litros de agua en el último medio siglo. El informe cita un estudio de 2014, que estimó que cada año se vacían 400 hectómetros cúbicos de los acuíferos en Almería. Además del consumo excesivo de estas aguas, algunas reservas subterráneas se ubican bajo los plásticos empleados para los cultivos intensivos, provocando filtraciones en las balsas que comprometen la calidad del agua. Así esta contaminación más las filtraciones de agua salada del mar provocan que algunos acuíferos sean ya inservibles.