La protección de los servicios públicos, la máxima intocable que comparten andaluces y andaluzas: "O los defendemos o los perdemos, y perderemos el sentido fundamental de la democracia"

La protección de los servicios públicos, la máxima intocable que comparten andaluces y andaluzas: «O los defendemos o los perdemos, y perderemos el sentido fundamental de la democracia»

Si hay una idea entre andaluces y andaluzas que acompaña a la de compartir una cultura, un dialecto, una identidad, unas tradiciones y una forma de entender la vida, esa es también la de proteger lo labrado colectivamente en la comunidad, la de salvaguardar aquello que también les hace sentir un mismo ente: los servicios públicos andaluces.

La protección de estos servicios públicos, cofinanciados por la población andaluza, que son una parte esencial de la vida cotidiana de estos y estas y que juegan un papel fundamental en el bienestar, el desarrollo de la sociedad y el acceso a unos estándares de calidad de vida dignos de todos ellos y ellas, continúa erigiéndose como una máxima que comparten los andaluces y andaluzas, pese al capitalismo depredador y a las políticas neoliberales de formaciones como PP o Vox en el tablero político, que buscan precisamente erosionar lo público.

Durante las diversas manifestaciones celebradas este sábado 1 de junio en seis de las capitales provinciales autonómicas -Córdoba, Jaén, Sevilla, Almería, Cádiz y Granada-, esta realidad fue más palpable que nunca. Más de tres mil ciudadanos y ciudadanas se echaron a las calles siendo conscientes de una premisa: «O defendemos los servicios públicos los perdemos», como aseguraba Lucas Martínez, un jiennense que, a pesar de disfrutar de una estancia vacacional estos días en Sevilla, quiso sumarse a la movilización convocada en la capital hispalense en defensa de lo público.

Y es que cuando se elige un sistema que privilegia a las escuelas de centros concertados -privados, a fin de cuentas, pero financiados con recursos públicos- o a las clínicas privadas, no solo se corre el riesgo de acelerar a pasos agigantados los índices de desigualdad y pobreza, también la sociedad se arriesga a algo aún más importante: a perder la democracia en beneficio del resurgimiento de opciones autoritarias y de extrema derecha que se aprovechan del cuestionamiento y debilitamiento del sistema en favor de los que más tienen. Una noción a la que apelaba también el sevillano Pedro García, representante de Redes, una asociación andaluza que apuesta Renovación de la Educación y Defensa de la Enseñanza: «Si perdemos los servicios públicos, estaremos perdiendo el sentido fundamental de la democracia».

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